Social scoring y el futuro distópico en China: radiografía del sistema de crédito social

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El controvertido sistema de crédito social chino ha generado comparaciones con Black Mirror y el Gran Hermano, pero la realidad es más compleja, y en algunos aspectos, más inquietante. Para comprender este sistema, es fundamental diferenciar entre el sistema oficial del gobierno y las versiones corporativas privadas, las cuales a menudo se confunden al incluir hábitos de compra y amistades.

Origen y expansión del sistema

La idea del crédito social surgió en China en 2007, y desde 2014 se anunciaron proyectos gubernamentales como un sistema “opcional”. Sin embargo, el sistema se está expandiendo a todos los aspectos de la vida, juzgando el comportamiento y la confiabilidad de los ciudadanos. Infracciones como cruzar imprudentemente la calle o no pagar una multa pueden resultar en la pérdida de ciertos derechos, como reservar vuelos o billetes de tren.

El sistema de crédito social no es exclusivo de China, pero si se implementa completamente tal como está planeado, sería único y formaría parte de una tendencia global hacia la monitorización y evaluación de la conducta ciudadana.

¿Cómo funciona?

El sistema se reveló en un plan de 2014 y, aunque hay partes que ya están en funcionamiento, no existe un único sistema en todo el país. Los gobiernos locales tienen sus propios sistemas de registro social que funcionan de manera diferente, y también existen versiones privadas no oficiales operadas por empresas como Ant Financial’s Zhima Credit, conocido como Sesame Credit. Estos sistemas utilizan hábitos de compra y otros datos para calcular puntajes de crédito similares, basándose en la elección de los usuarios.

Peligros y consecuencias

El sistema de crédito social puede ser utilizado como herramienta de control por parte del gobierno, como lo demuestra el caso del periodista Liu Hu, quien fue penalizado por su trabajo. El sistema de justicia chino no ofrece una protección genuina para las personas sujetas al sistema.

Tener una calificación baja puede resultar en más trámites y tarifas adicionales, lo que puede llevar a una espiral negativa en la vida de las personas y profundizar las divisiones sociales.

¿Herramienta de control o solución a problemas sociales?

El gobierno chino presenta el sistema como una forma de construir confianza en la sociedad, aunque algunos críticos argumentan que es una herramienta para consolidar su poder y no una solución a los problemas sociales y económicos.

El sistema de crédito social de China es solo una parte de su estado de vigilancia más amplio, que incluye control sobre el contenido web, censura en redes sociales y un avanzado sistema de reconocimiento facial.

El papel de la IA

En el sistema de crédito social de China, la inteligencia artificial (IA) desempeña un papel crucial en la recopilación, análisis y procesamiento de la gran cantidad de datos necesarios para calcular las puntuaciones de crédito social de los ciudadanos. La IA permite la monitorización constante de una variedad de fuentes de información, como redes sociales, transacciones financieras, registros gubernamentales y sistemas de reconocimiento facial. Esto proporciona al sistema la capacidad de recopilar y analizar rápidamente vastas cantidades de datos en tiempo real, lo que resulta en puntuaciones de crédito social actualizadas y precisas.

Sistemas de crédito social en los países occidentales

Si bien el sistema chino es el más conocido, existen sistemas de crédito social en diversos países occidentales, aunque con características y objetivos diferentes. Algunos ejemplos son:

Estados Unidos: Las empresas de calificación crediticia, como Equifax, Experian y TransUnion, recopilan información sobre el historial crediticio de las personas para determinar su solvencia. Esta información se utiliza para otorgar préstamos, tarjetas de crédito y otros tipos de financiación.

Reino Unido: El sistema de “puntuación crediticia” se utiliza para evaluar el riesgo crediticio de las personas. Esta información se utiliza para determinar las tasas de interés de los préstamos y otras formas de crédito.

Alemania: El sistema de Schufa funciona de manera similar a los sistemas de Estados Unidos y Reino Unido. Se utiliza para evaluar el riesgo crediticio de las personas y determinar las condiciones de los préstamos.

Estonia: Estonia ha implementado un sistema de “identidad digital” que permite a los ciudadanos realizar trámites en línea de forma segura y eficiente. Este sistema también se utiliza para verificar la identidad de las personas en las transacciones comerciales.

Es importante destacar que los sistemas de crédito social en los países occidentales generalmente se basan en datos financieros y no en el comportamiento social. Además, suelen ser más transparentes y ofrecen más mecanismos de control a los ciudadanos que el sistema chino.

¿Y qué pasa con España?

En España, existen diversas iniciativas relacionadas con el uso de datos para evaluar el comportamiento y la confiabilidad de las personas. Algunas de estas iniciativas son:

Registro de morosos: Este registro contiene información sobre las personas que tienen deudas impagadas. Las empresas pueden consultar este registro para evaluar el riesgo crediticio de los clientes potenciales.

Scoring crediticio: Las entidades financieras utilizan el scoring crediticio para evaluar el riesgo de impago de los préstamos. Este sistema se basa en el historial crediticio de las personas, como la puntualidad en los pagos y la cantidad de deuda pendiente.

Verificación de identidad online: Existen empresas que ofrecen servicios de verificación de identidad online, utilizando tecnologías como el reconocimiento facial o la firma digital. Estos servicios se utilizan para evitar el fraude y garantizar la seguridad de las transacciones en línea.

Sistemas de reputación online: Algunas plataformas online, como Airbnb o Uber, utilizan sistemas de reputación para evaluar la confiabilidad de sus usuarios. Estos sistemas se basan en las opiniones y valoraciones de otros usuarios.

Es importante destacar que estas iniciativas se encuentran en diferentes etapas de desarrollo y no existe un sistema único de crédito social en España. Además, hay un debate abierto sobre la ética y la legalidad de estos sistemas, especialmente en lo que respecta a la privacidad y la protección de datos.

En resumen

  • El sistema de crédito social chino es un sistema complejo con implicaciones preocupantes para la privacidad y los derechos humanos.
  • Es importante diferenciar entre el sistema oficial del gobierno y las versiones corporativas privadas.
  • El sistema se está expandiendo a todos los aspectos de la vida, juzgando el comportamiento y la confiabilidad de los ciudadanos.
  • El sistema puede ser utilizado como herramienta de control por parte del gobierno.
  • Es crucial examinar las consecuencias potenciales y evaluar si realmente resuelve los problemas sociales y económicos que pretende abordar.

Otras referencias

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